Director: Jaime Escallón Buraglia
Luis Fernando Hoyos, Verónica Orozco, María Adelaida Puerta, Roger Moreno
James Terry Watson, un agente de la DEA de 43 años y nacido en Louisiana, hizo parte de un grupo élite de 50 hombres que realizaban misiones especiales y secretas encomendadas directamente por la Casa Blanca. En el 2013, Watson fue asignado a la oficina que la DEA tiene en Cartagena. En un viaje a Bogotá, fue asesinado en la madrugada del 21 de junio, víctima de un “Paseo Millonario”, modalidad de atraco muy popular en Colombia en la que los usuarios de taxis son secuestrados y obligados a entregar todas sus pertenencias.
El director Jaime Escallón Buraglia, nacido en Canadá y quien ha trabajado en Colombia para el cine (El Jefe) y la televisión, nos presenta una recreación de este incidente y la consecuente investigación que llevó a la captura de los delincuentes. Su trabajo pretende que ninguno de los espectadores haya visto alguna vez la serie 24 de Fox, ya que copia de una manera descarada su estructura formal, menos el suspenso y la adrenalina generada por el agente Jack Bauer y su carrera contrarreloj.
El protagonista de este relato es Juan Carlos Delgado (un relajado Luis Fernando Hoyos que luce más como un detective privado alcohólico que como como un coronel de la policía), quien es llamado para encargarse de la misión no autorizada de investigar sobre la muerte de Watson. El caso en cuestión le corresponde a la UIC y a la directora Ángela Rojas (una pésima Verónica Orozco), quien no quiere que Delgado se inmiscuya en sus asuntos. Delgado tiene 48 horas para resolver el caso que está a punto de generar una crisis diplomática, y para ello recluta a varios agentes (dos de ellos interpretados de una manera muy divertida por María Adelaida Puerta y Roger Moreno).
La cinta presenta situaciones inverosímiles (¿la novia de uno de los agentes fue violada y chantajeada por los mismos delincuentes que mataron a Watson? ¡Por favor!), no les explica a los espectadores ajenos a la realidad colombiana qué es un “Paseo Millonario” y algunas actuaciones dejan mucho qué desear.
Pero ver a María Adelaida Puerta y a Roger Moreno como unos agentes encubiertos disfrazados de aguacatera e indigente, hacen que El Caso Watson obtenga un mínimo toque de originalidad y nos muestra, al igual que lo hizo el comediante Hassam, cómo son y deben ser nuestros espías. Un crossover entre estos agentes y el Agente Ñero Ñero Siete, sería algo genial.
