Director: Doug Liman
Tom Cruise, Domhnall Gleeson, Sarah Wright
Doug Liman es un director que nos impresionó con Swingers (1996) y Go (1999) dos cintas salvajes y muy divertidas sobre subculturas juveniles, así como con la primera parte de la emocionante saga de The Bourne Identity (2002), pero que luego cayó en el terreno de la mediocridad con trabajos como Mr. & Mrs. Smith (2005), Jumper (2008) y Fair Game (2010).
Sin embargo, Liman resurge como el ave fénix con la estupenda película de ciencia ficción Edge of Tomorrow, protagonizada por Tom Cruise. Ahora repite con el actor en otra maravillosa cinta llamada American Made, basada en hechos reales y en clave de película criminal con mucho humor negro que nos recuerda a ese genial trabajo del fallecido Ted Demme llamado Blow.
En American Made, Cruise interpreta con carisma, malicia y mucha energía a Barry Seal, un piloto de avión comercial que a finales de los años setenta comenzó contrabandeando cigarrillos para terminar trabajando de manera clandestina para la CIA, tomando fotos de los grupos subversivos de Centroamérica y Suramérica, suministrando armas a los contras de Nicaragua y sirviendo de piloto para Jorge Ochoa, Carlos Ledher y Pablo Escobar, los infames miembros del cartel de Medellín.
Liman arma este relato que supera a la ficción, con una atmósfera retro muy bien lograda, filmando en las locaciones reales donde se desarrolló la historia, con actores que sí saben hablar español y manejar los acentos requeridos y con una serie de flashbacks narrados por el mismo Seal, adornados por una fuerte carga de peligro y picardía, así como un perfecto sentido del ritmo y de la acción, que nunca llega a glorificar o hacer apología del delito.
American Made es otra evidencia del gigantesco calibre actoral de Tom Cruise y es un magnífico retrato de una época hedonista y cínica, con gobiernos corruptos y con un amor desenfrenado por el dinero. Ojalá estuviera hablando solamente de la década de los ochenta.
