John Hughes para una nueva generación.
Director: Greg Berlanti
Nick Robinson, Katherine Langford, Jennifer Garner, Josh Duhamel
Love, Simon, basada en la novela Simon vs. the Homo Sapiens Agenda escrita por Becky Albertalli es una película que nos devuelve a la década de los 80, cuando el fallecido John Hughes producía y dirigía esas divertidas, pero al mismo tiempo, significativas películas para adolescentes con títulos como Sixteen Candles, The Breakfast Club, Pretty in Pink o Ferris Bueller’s Day Off .
Su director Greg Berlanti parece estar muy consciente de la importancia de estas cintas para los que crecimos en los años 80, ya que sus series de televisión como Dawson’s Creek, Everwood o Riverdale, beben muchísimo del cine de Hughes.
Sin embargo, en la década de los 80, hubiera sido imposible contar dentro del género de la comedia adolescente, la historia de un chico que quiere salir del clóset pero que teme hacerlo. Los personajes gay en las comedias de esa ya lejana década, no pasaban de ser unos estereotipos exagerados (Hollywood en Mannequin, Lamar en Revenge of the Nerds), creados para ser objeto de burlas homofóbicas.
Menos mal, los tiempos han cambiado y gracias a cintas como Longtime Companion, Philadelphia, Milk (y las más recientes, Moonlight y Call Me By Your Name), Hollywood ha realizado un maravilloso acto de contricción, representando a las personas gay como lo que son: seres humanos como usted o como yo.
Love, Simon no posee la inteligencia y la maestría formal de Call Me By Your Name (su director es el productor de series mainstream como Arrow y Flash), pero sí llega a ser una película con varios momentos genuinamente conmovedores y con un mensaje que puede calar de forma muy efectiva en esta generación acostumbrada al chisme, la intolerancia y el matoneo por medio de las redes sociales.
Simon Spier, el protagonista de la película de Berlanti (interpretado por Nick Robinson de Jurassic World), es un joven adorable que no sólo prefiere mantener en secreto a su familia y amigos su orientación sexual, sino que se enamora perdidamente de otro chico en la misma situación con el cual comparte correos electrónicos bajo los seudónimos de Jacques y Blue. Este amor victoriano viene acompañado de una familia sin problemas, de unos amigos nobles y tan adorables como Simon, de unos profesores simpáticos y protectores y de unos bullies, en últimas, inofensivos. El mundo de Simon es un mundo demasiado bueno para ser verdad, como sucedía con las películas de John Hughes. Es interesante ver como Katherine Langford y Miles Heizer, parte integral del elenco de la estupenda pero también dura 13 Reasons Why, aquí interpretan a unos adolescentes que parecen vivir en un mundo paralelo mucho más benévolo y menos fatalista que el de la serie de Netflix.
En Love, Simon no se busca generar controversia y escándalo (a no ser que su público sea homofóbico en extremo). Su intención es la de entretener y, al mismo tiempo, generar conciencia tanto en los adolescentes como en sus padres y abrir un diálogo necesario sobre la identidad de género y la orientación sexual. Esta es una noble misión que no se puede subvalorar ni tampoco pasar desapercibida. Las cintas para adolescentes deben ser más como Love, Simon y menos como Twilight. Los jóvenes aprenden más del cine y de la televisión de lo que se cree.