Es la hora de desconectar el cerebro y acudir al Múltiplex para ver un nuevo producto vacío, sin construcción de personajes y con un derroche exagerado de efectos especiales, que es lo que el público pide a gritos.
Director: Jake Kasdan
Dwayne Johnson, Jack Black, Karen Gillan, Awkwafina, Kevin Hart, Danny DeVito, Danny Glover, Nick Jonas
En 1981, el norteamericano Chris Van Allsburg publicó Jumanji, un libro infantil bellamente ilustrado acerca de un juego de mesa mágico que trae a la vida urbana los animales exóticos que viven en la selva. En 1995, el libro fue adaptado al cine en una película dirigida por Joe Johnston, la cual se convirtió en todo un éxito de taquilla, en gran parte debido a sus innovadores efectos especiales (ahora no tan novedosos). Sin embargo, la cinta carecía de la belleza, el alma y la poesía de su fuente original e inclusive su protagonista, el fallecido Robin Williams lucía cansado, abrumado y falto de gracia.
En el 2017, se decide resucitar a Jumanji, olvidando casi que por completo a la fuente literaria y enfocándose de nuevo en los efectos especiales. Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black y Karen Gillan reemplazaron a Robin Williams y a Kirsten Dunst, y el arcaico juego de mesa fue reemplazado por una consola de videojuegos (aunque también antigua). El resultado fue una cinta frenética, superficial y poco graciosa que, al igual que su predecesora, se convirtió en todo en éxito comercial.
Por tal razón, era inevitable una nueva entrega de Jumanji y se estrena ahora bajo el título de El siguiente nivel. Jake Kasdan, el hijo de Lawrence Kasdan (el autor de cintas como The Big Chill y Body Heat) repite como director de la franquicia, pero sigue sin brindarle humanidad a su espectáculo de derroche de efectos especiales.
Tanto en la entrega previa (subtitulada En la selva) como en esta, cuatro adolescentes llamados Spencer (Alex Wolff), Martha (Morgan Turner), Fridge (Ser’Darius Blain) y Bethany (Madison Iseman) ingresan en el videojuego mágico y dentro de este se convierten en unos avatares adultos conocidos como el heroico Smolder Bravestone (Johnson), el zoólogo Franklin Finbar (Hart), el doctor Shelly Oberon (Black) y la aguerrida Ruby Roundhouse (Gillan). Ahora se unen al equipo de jugadores Ed y Milo, una pareja de ancianos interpretados por Danny DeVito y Danny Glover, y las identidades de los avatares se intercambian en varias ocasiones, ahora con la inclusión de un caballo azabache y una ladrona experta llamada Ming Fleetfoot (una graciosa Awkwafina).
Los chicos ingresan al juego buscando a Spencer, quien quería recuperar glorias pasadas y los ancianos (Ed es el abuelo de Spencer y Milo su antiguo socio) ingresan por accidente. La trama acerca de recuperar una joya robada por el villano Jurgen el Brutal (Rory McCann) y salvar a Jumanji, es tan solo un pretexto para las secuencias de acción, que van desde lo impresionante (la persecución de mandriles por unos puentes colgantes) hasta lo genérico (peleas al son de la música de la agrupación noventera de Reggae Big Mountain).
La oportunidad cómica de poner a Kevin Hart imitando a Danny Glover, a “The Rock” y Awkwafina imitando a Danny DeVito o a Jack Black imitando a Madison Iseman o a Ser’Darius Blain, apenas se utilizan y se desperdicia de una manera rampante. Ni hablar de la pobre construcción de personajes que convierte a los protagonistas de Jumanji en caracteres vacíos con los cuales se tiene poco o nada de empatía.
Lo más absurdo de todo, es que los espectadores han atacado de una manera despiadada a La guerra de las galaxias: El ascenso de Skywalker, el otro gran estreno para estas festividades, siendo que la última entrega de la saga espacial tiene mucho más alma, corazón y humanidad que este producto deplorable de un enfoque predecible y que repite las mismas fórmulas, con la intención de obtener ganancias económicas fáciles, apelando a un público enajenado. Lo peor es que lo logra, y el interés por tratar de ir más allá es castigado.
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