Evil Little Things (Pequeños muñecos diabólicos) (2020)

Una historia de terror antológica que es tan fea como los muñecos satánicos protagonistas.

Director: Matt Green

Zack Galligan, Cory Anderson, Yasmin Bakhtiari, Demetrice Byrd

En la tradición de Troll 2, Death Bed, Manos, Birdemic y, por supuesto, Plan 9 From Outer Space, llega una seria competidora a apoderarse del trono a la “peor película de terror de todos los tiempos”. Su nombre es Evil Little Things.

Esta película antológica sobre muñecos satánicos comienza con un niño insoportable llamado Jason (Mason Wells) que en las noches grita porque cree que hay un monstruo escondido en su cuarto. Su padrastro es interpretado nada menos que por Zach Galligan, el actor que los fanáticos del cine ochentero reconocerán como Billy, el protagonista de Gremlins, otra cinta sobre pequeñas criaturas diabólicas, pero diametralmente opuesta a esta cinta en términos de calidad.

La madre de Jason cree que los reclamos de su hijo se deben a su soledad y decide llevarlo al día siguiente para comprar un muñeco que le haga compañía en las noches. Jason tiene un gusto muy peculiar, porque se siente atraído por los muñecos más feos de la juguetería, los cuales, son usados (al parecer, la madre es algo tacaña). El dueño de la juguetería es un personaje con apariencia de asesino en serie pedófilo y que bien puede llevarse el premio al actor con el pelo más grasoso en la historia del cine (Geoff McKnight). Este hombre se encarga de restaurar los muñecos y de contarle al niño unas escabrosas historias sobre sus adquisiciones.

La primera historia es sobre un asqueroso muñeco llamado Patrick O’Malley, un duende irlandés pelirrojo que busca una moneda que una niña llamada Jessica le quitó años atrás. La niña ahora es la madre de dos hijos y con un esposo que viaja la mayor parte del tiempo. Esta mujer (Hannah Fierman) se encuentra a Patrick en el pórtico de su casa y lo lleva al interior. Sobra decir que lo que sigue se convierte en una mezcla entre Leprechaum y Trilogía del terror, aderezada con pésimos efectos especiales y terribles actuaciones.

La segunda historia es sobre una tétrica muñeca antigua llamada Patty, quien acompaña a todas partes a una mujer desequilibrada llamada Abby (Courtney Lakin). Abby aspira a un trabajo ambiguo que la obliga a vestirse como Alicia, la del país de las maravillas y que luego se enamora de Jeremy (Jonathan Horne), otro aspirante a “actor” que siente lo mismo por ella. Patty le habla a Abby y, al parecer, la muñeca es una fanática religiosa que no quiere que su dueña haga pareja con su nuevo novio. Lo que sigue es otra mezcla muy poco original entre Annabelle y Atracción fatal, que incluye ritos vudú, muñecas celosas y transformaciones tipo “pinocho a la inversa”.

Después de escuchar las historias, el niño decide no llevar a su hogar ni a Patrick ni a Patty. Pero lo que parecía una sabia decisión, termina por convertirse en un grave error, ya que al final se decide por Giggles el payaso. Y ya todos sabemos lo que significa un payaso en una película de terror.

Si usted cree que ya ha visto lo peor de lo peor en cuanto a cintas de terror, espere a ver Pequeños muñecos diabólicos. La pésima edición, el sonido desincronizado, la iluminación irregular, el horroroso maquillaje (especialmente la cicatriz de Abby que aparece y desaparece como por arte de magia), la música intrusiva y exagerada, los efectos de pacotilla (la cabeza giratoria de Abby los dejará con la boca abierta), las actuaciones acartonadas y los diálogos imbéciles, son lo de menos. En vez de convertirse en una cinta “tan mala que termina siendo buena”, su ritmo desesperante, su falta de sentido estético, su pésimo humor y la ausencia total de momentos aterradores, la convierten en un producto tan despreciable como los muñecos que trata de vender el aceitoso dueño de la inmunda juguetería.

  

Sobre André Didyme-Dôme 1633 artículos
André Didyme-Dome es psicólogo y magíster en Comunicación. Se desempeña como crítico de cine para la revista Rolling Stone en español y es docente en la Escuela Nacional de Cine; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

4 comentarios

  1. la peor película que he visto en mi vida.
    sin creatividad, mala calidad, tiene mejores efectos especiales el chavo del 8.
    aburridísima, plana y sin sentido. se supone que es terror y da risa.

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