Un sacerdote con pasado militar y con ínfulas de James Bond, investiga un caso de corrupción que envuelve a El Vaticano, en una película terrible.
Director: Sergio Dow
Richard Armitage, Paul Guilfoyle, Franco Nero, Amaia Salamanca, Rodolfo Sancho, Víctor Mallarino, Fionnula Flanagan
Basada en el libro de Arturo Pérez Reverte, la cinta del director colombiano Sergio Dow (El día que me quieras) tiene como protagonista al británico Richard Armitage en el peor papel de su carrera. El actor que interpretó a Thorin en la trilogía de El Hobbit, ahora es el Padre Quart, una mezcla muy poco original entre Jack Reacher y Robert Langdon (esta vez con cuello clerical), quien es enviado por su superior, el Monseñor Paolo Spada (un Paul Guilfoyle en el lugar equivocado), para investigar un truculento caso que involucra a un hacker que intervino en los computadores de El Vaticano para enviar un misterioso mensaje al Papa (Franco Nero repitiendo el mismo papel que interpretó en la reciente cinta conocida como El exorcismo del Papa).
La misión del Padre Quart, un James Bond de pacotilla, no genera ningún tipo de tensión, no nos compromete emocionalmente, no presenta giros interesantes y, en últimas, no nos importa. Y como si se tratara de una mala parodia a El pájaro espino, vamos a tener una “candente” relación entre nuestro célibe protagonista y Macarena Burner (Amaia Salamanca), nuestra “chica Quart”, y una bella víctima de la conspiración.
El único actor que aquí no se siente cansado u obligado a espetar un diálogo cursi, acartonado y estereotipado, es el colombiano Víctor Mallarino, quien interpreta al Comisionado Navajo, una mezcla entre Gordon y Lestrade, pero cuya aparición es demasiado breve como para generar algún tipo de impacto en esta cinta sosa e inepta.
Cualquier capítulo de La ley y el Orden es infinitamente superior a este pésimo thriller. Y seamos honestos, la serie telebasura Medias de seda tenía ritmo, mejores actuaciones, escenas de acción más elaboradas y gozaba de un erotismo de mal gusto, pero genuino. El Padre Quart hace que veamos con mejores ojos a Gabriele Amorth, el sacerdote borrachín y cazademonios de la horripilante y ridícula cinta protagonizada por Russell Crowe. Por lo menos el Amorth del actor australiano destilaba algo de humanidad y simpatía.
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