Los delincuentes (2023)

Lo que pudo haber sido una deconstrucción del género de robo y estafa, termina siendo un remedo al cine de Jim Jarmusch

Director: Rodrigo Moreno

Daniel Elías, Esteban Bigliardi, Margarita Molfino, Germán de Silva

El “Nuevo Cine Argentino” se refiere a un período que se inició en el siglo XXI, en el que Argentina experimentó una revitalización creativa después de un declive en la producción cinematográfica del país. El resurgimiento estuvo marcado por la aparición de directores talentosos y sedientos de romper las reglas establecidas como Lucrecia Martel, Fabián Bielinski, Pablo Trapero, Juan José Campanella, Martín Rejtman, Lisandro Alonso, y Mariano Llinás, entre otros. Cada uno con un estilo distintivo y muy original.

Las películas del “Nuevo Cine Argentino” se caracterizaron por su enfoque en temas sociales, como la crisis económica, la política y la identidad cultural y muchas de ellas se enfocaron en el realismo y la narración social, pero también hubo una gran diversidad de géneros y estilos, lo que demostró la enorme versatilidad de los cineastas argentinos.

Los Delincuentes, de Rodrigo Moreno (El custodio, Un mundo misterioso, Réimon), bien puede pensarse como una digna representante del “Nuevo Cine Argentino”, pero también es un intento, muy poco original, de llevar la poética del director estadounidense Jim Jarmusch al paroxismo. 

El trabajo de Jarmusch se caracteriza por ser de corte minimalista y se enfoca en la economía del diálogo y la acción, lo que permite al espectador leer entre líneas y sumergirse en la atmósfera de la película. Así como el director estadounidense adaptó el Western (Dead Man), el espionaje (The Limits Of Control), el terror vampírico (Only Lovers Left Alive) y el cinema zombie (The Dead Don’t Lie) a su estilo particular, Moreno intenta hacer lo mismo con el género de robo y estafa. El fallecido Bielinski nos mostró como este género se podía deconstruir con maestría en su obra maestra Nueve reinas, pero lo que Moreno hace aquí es remedar a Jarmusch, sin mucho éxito. 

Las películas de Jarmusch suelen tener un ritmo lento, melancólico y contemplativo, a veces al borde de la exasperación, lo cual permite que el espectador se sumerja en el mundo en el que habitan sus personajes y preste atención a los detalles y matices. Moreno intenta hacer exactamente lo mismo en Los delincuentes y casi lo logra.

Román (Esteban Bigliardi) es el empleado de un banco en Buenos Aires que simplemente se marcha un día con 650.000 dólares en efectivo. Luego cita en una cafetería a su compañero de trabajo, Morán (Daniel Elías), y le propone un trato fascinante: guardar el dinero durante tres años y compartirlo cuando este salga de la cárcel. Román se entregará, cumplirá su condena y saldrá. El dinero representa lo que los dos ganarían durante el resto de su vida en el banco hasta que llegue la hora de retirarse. ¿Qué escoger? Tres años en la cárcel versus más de veinte años de trabajo. Esta premisa es oro puro para el género de robo y estafa. 

Moreno nos entrega una película sobre un par de empleados de un banco que roban un dinero, y que se desarrolla innecesariamente por más de tres horas (algo inaudito para Jarmusch, cuyas películas casi nunca superan las dos horas de duración). El robo no se evita (como lo hizo Tarantino en Reservoir Dogs), sino que gradualmente pasa a un segundo plano. Esto convierte a Los delincuentes en una película inicialmente desafiante, interesante y retadora, pero que termina siendo disipada, perdida y aburrida. Y es que Moreno no es Jarmusch.

Los personajes en las películas de Jarmusch suelen ser marginales, inadaptados u outsiders y el director explora las vidas de estos individuos haciendo uso tanto de la reflexión existencialista como de un humor seco e irónico reflejado en los diálogos y las situaciones, lo que añade humanidad y profundidad a sus personajes. En la cinta de Moreno, Morán lleva el dinero al campo para ocultarlo. La película, dividida en dos partes, cambia de tono y es aquí donde el público comenzará a aburrirse y a quejarse de los problemas de lógica y verosimilitud (¿Por qué a Román le redujeron la condena cuando jamás devolvió el dinero? ¿Por qué el caballo sobrevivió?), pese a algunas situaciones ocurrentes que, la verdad sea dicha, causan hilaridad. 

Román y Morán son los personajes masculinos y las contrapartes femeninas se llaman Norma (Margarita Molfino) y su hermana Morna (Cecilia Ralinero). Inclusive aparece un cómic de Namor. ¿Por qué los nombres de los personajes son anagramas? El esposo de Morna es Ramón (Javier Zoro), un director de cine pretencioso con una actitud autoindulgente. ¿Está Moreno burlándose de sí mismo? Germán de Silva interpreta dos papeles en la cinta: Uno es Del Toro, el jefe del banco; y el otro es el preso Garrincha, que extorsiona a Román en la cárcel. Es obvio que ambos son interpretados por el mismo actor. ¿Estamos hablando de un guiño a Buñuel? Román está obsesionado con el primer álbum de la agrupación argentina Pappo’s Blues. ¿Este es el equivalente del homenaje a Screamin’ Jay Hawkins en Mystery Train o a Wu-Tang Clan en Ghost Dog? Recordemos que la música desempeña un papel fundamental en las películas de Jarmusch y que el autor la utiliza para realzar la atmósfera y el estado de ánimo de las escenas. ¿Adivinen qué? Moreno hace lo mismo. 

A menudo, Jarmusch cita la influencia de Jean-Luc Godard y Aki Kaurismäki en su trabajo. La existencia humana, la cotidianidad y los “momentos muertos” (escenas en una película en los que supuestamente no ocurren eventos importantes para la trama o la historia principal) han sido parte esencial de su filmografía desde Permanent Vacation. Con su épico tedioso, Moreno también quiere que sintamos la pesadez de la vida de Román y Morán, quienes al final se darán cuenta de que hay cosas que el dinero no puede comprar. Pero como dice el popular meme inspirado en el reality show El precio de la historia: “No lo sé, Rick. Me parece falso”.

Sobre André Didyme-Dôme 1649 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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