Director: Seth Gordon
Dwayne Johnson, Zac Efron, Priyanka Chopra
Existe una cierta tendencia actual a reverenciar y recordar de manera idealizada a algunas series de televisión de los años 70, 80 y 90, como si fueran obras maestras creadas por los mismísimos dioses. A los que se escandalizaron por el tratamiento irreverente que se les dio a las adaptaciones cinematográficas de Los magníficos, Comando especial y CHipS, les recomiendo volver a revisar estas series: si algo tienen en común es que son mediocres, mal actuadas e imbéciles.
Sin embargo, la reina de este tipo de serie es Guardianes de la bahía. Más allá de los parámetros de la época, este programa hacía ver a la televisión como la hermana idiota del cine. Uno podía sentir como las neuronas se derretían gradualmente, mientras se veía cada uno de esos estupidizantes episodios protagonizados por David Hasselhoff y Pamela Anderson, interpretando a unos sexys guardacostas que corrían en cámara lenta para salvar a los nadadores y surfistas imbéciles y para combatir a los ladrones y contrabandistas amantes de la arena y el mar. El éxito de Guardianes de la bahía” es algo inexplicable, ya que esta serie puede considerarse, sin lugar a dudas, como uno de los peores shows en la historia de la televisión.
Es por esto que la adaptación cinematográfica de Baywatch no tenía más alternativa que aproximarse a la ridiculez y cursilería de su fuente original haciendo uso de la irreverencia, la exageración y la escatología. El resultado es una película altamente entretenida, que no teme mofarse de la serie original (de hecho, se caga en ella), y que se enfoca definitivamente a un público adulto que quiere tomar distancia ante la idealización a los productos basura del pasado.
Gran parte del éxito de la versión cinematográfica de Guardianes de la bahía se debe a sus protagonistas: Dwayne «The Rock” Johnson y Zac Efron. Su presencia en la pantalla (interpretando a los salvavidas Mitch Buchannon y Matt Brody), es de un gran candor, una química evidente, una sexualidad caricaturesca y un maravilloso sentido del humor. Estos dos actores van más allá del deber, creando a unos adorables y patéticos héroes. Piense en Johnson y Efron como si Batman y Robin fumaran marihuana y se hubieran ido a vivir a la playa (y por Batman y Robin, me refiero a Adam West y a Burt Ward; no a George Clooney y Chris O’Donnell).
Hay que destacar también al elenco secundario: Alexandra Daddario, Ilfenesh Hadera y Kelly Rohrback (en el infame papel de C.J., “inmortalizado” por Pamela Anderson), logran de alguna manera, ser más que objetos de decoración y Jon Bass logra divertir como un salvavidas gordo y nerd, pero de buen corazón. Así mismo, Priyanka Chopra encarna deliciosamente a Victoria Leeds, una bella millonaria con ínfulas de villano de James Bond.
El director Seth Gordon (Horrible Bosses) sabe que Baywatch no es más que una película idiota basada en una serie idiota y asume su pretexto de guion, como una serie de situaciones cómicas que involucran genitales, vómito, mutilación, senos saltarines y unas muy bien elaboradas escenas de acción.
La versión para cine de Baywatch es estúpida, ridícula, exagerada e inverosímil y no se avergüenza de ello. Pero también es sumamente entretenida, sucia e irreverente. Eso la hace mejor que cualquiera de esos capítulos de porquería pertenecientes a la serie original.