La criatura terrorífica de El conjuro hace un salvaje regreso en una secuela que supera con creces a la cinta original.
Director: Michael Chaves
Taissa Farmiga, Storm Reid, Anna Popplewell, Jonas Bloquet, Bonnie Aarons
El Nunsploitation es un subgénero cinematográfico que surgió principalmente en el cine italiano y mexicano la década de los setenta y que se caracteriza por centrarse en la representación de monjas en situaciones controvertidas y a menudo escabrosas. Las películas de Nunsploitation generalmente presentan elementos de provocación y blasfemia, así como una exploración de la represión sexual y la lucha contra la tentación en un contexto religioso. Algunos títulos clave son Los demonios (1971), Satánico pandemónium (1975), La monja asesina (1978), La monja y el demonio (1973), Flavia la Hereje (1974), Malabimba (1979), Monjas armadas (2010), Benedetta (2021) y, por supuesto, La monja (2018).
La Monja fue dirigida por Corin Hardy y producida al interior del universo cinematográfico de El conjuro confeccionado por James Wan e inspirado en los esposos Ed y Lorraine Warren, una pareja real que investigaba sucesos paranormales en los años setenta. Este spin off (Annabelle y La maldición de la llorona son otros), se centra en la historia de Valak, un poderoso demonio al que han enfrentado los Warren y que se hace pasar por una monja malévola. Para aquellos que no la han visto (y la verdad sea dicha, no vale la pena), basta con decir que la trama de la primera parte de La Monja se desarrolla en la década de 1950 y sigue al Padre Burke (Demián Bichir), un sacerdote con un oscuro pasado y a la hermana Irene (Taissa Farmiga), una novicia con poderes paranormales, que se dirigen a Rumania para investigar el suicidio de una monja en un monasterio aislado. A medida que investigan, descubren que el lugar está plagado de fuerzas malignas y allí se enfrentan la manifestación de Valak, disfrazado de monja diabólica (encarnada por Bonnie Aarons).
La premisa inquietante inspirada en El exorcista del fallecido William Friedkin (todavía la mejor película de terror de todos los tiempos) y las buenas actuaciones de Bichir y Farmiga (en la vida real es la hermana menor de Vera Farmiga, la actriz que interpreta a Lorraine Warren en las entregas de El conjuro), contrastó con la notoria falta de ritmo y su escasa efectividad, que llevó a que esta cinta se convirtiera en la peor de las ocho películas del universo. Piensen en la primera parte de La monja como un mal capítulo de Scooby-Doo y se harán una idea de lo mala que es.
Sin embargo, el público contemporáneo parece amar las malas películas (Rápido y furioso, Megalodón) y La monja terminó siendo un éxito comercial, lo que llevó a una secuela, esta vez sin Bichir (se nos cuenta que el Padre Burke murió de cólera). Sin su protagonista, todo parecía indicar que esta cinta iba a ser un completo desastre (algo así como un mal capítulo de Scrappy-Doo o la malograda segunda parte de El exorcista), pero ¡Oh sorpresa! La monja 2 es una cinta brutal, cruel, genuinamente aterradora y con una atmósfera que nos recuerda a los clásicos del cine de terror español El espinazo del diablo y El orfanato, así como a la subvalorada precuela de Amityville, franquicia inspirada en una casa embrujada real y que guarda una estrecha conexión con los Warren y el universo de El conjuro.
Ahora el escenario de La Monja II es Tarascon, Francia, donde un sacerdote es inmolado en su propia iglesia frente a su monaguillo. Es así como la hermana Irene debe dejar de lado su tranquila vida en un apacible convento junto con su amiga, la rebelde hermana Debra (Storm Reid), ya que, por órdenes de las altas autoridades eclesiásticas, ella deberá utilizar sus conocimientos y sus poderes, para desentrañar el misterio del sacerdote quemado.
Resulta que Frenchie (Jonas Bloquet), el humilde y heroico galán que salvó de la perdición a la Hermana Irene en la entrega anterior ahora trabaja como conserje en un internado femenino, y al parecer el demonio Valak lo está utilizando como su esclavo para encontrar una reliquia que hará aumentar sus poderes demoníacos. El pobre Frenchie está perdidamente enamorado de Kate (Anna Popplewell de Las crónicas de Narnia) una maestra que tiene a su noble hija Sophie (Katelyn Rose Downey) estudiando en el mismo colegio donde trabaja. Frenchie ama a Kate y adora a la pequeña Sophie, pero desconoce que tiene un demonio adentro, haciendo una extraña referencia al éxito ochentero de INXS.
Gracias a Michael Chaves, el director de la escalofriante La maldición de la llorona, la secuela de La monja se aleja del universo de Scooby-Doo y se adentra al universo aterrador de El conjuro, una franquicia infinitamente mejor y mucho más divertida que la de Rápido y furioso. Es una lástima que la última entrega de La noche del demonio (otra franquicia de terror conjurada por James Wan) haya sido toda una decepción.
Pero esta monja renovada y empoderada, así como la Hermana Irene (una especie de Frank Black en formación y el equivalente para los Warren, ya que Mulder y Scully se asemejan muchísimo a los protagonistas de El conjuro), hacen que esta delirante y algo ridícula cinta de Nunsploitation se convierta en todo un placer culposo. ¿En qué momento el cine clase B se convirtió en cine clase A? ¡Qué Dios proteja a todos los cinéfilos!
P.D. Esperen una escena postcréditos que nos lleva a un nuevo caso paranormal.
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