Extraños en un tren.
Director: Jaume Collet-Serra
Liam Neeson, Patrick Wilson, Vera Farmiga
El británico Liam Neeson, formado en el drama y reinventado como estrella del cine de acción, vuelve a colaborar por cuarta vez con el director español Jaume Collet-Serra (The Shallows), en una película desarrollada a bordo de un tren y titulada The Commuter.
Los personajes de acción de Neeson son de un carisma innegable: desde su poderoso Darkman para Sam Raimi en 1990, pasando por sus papeles protagónicos en las estupendas Rob Roy, Taken, The Grey, A Walk Among The Tombstones, Unknown, Non-Stop y Run All Night (las tres últimas dirigidas por Collet-Serra), este actor ha construido a una serie de personajes fuertes, nobles, heroicos y letales, similares a los confeccionados por su colega Mel Gibson, pero que ahora se han tornado en cansados y repetitivos. Tal vez por eso, Neeson ha anunciado su deseo de apartarse del género de forma indefinida.
El pasajero nos cuenta la historia de Michael MacCauley, un ex policía de sesenta años, que vende seguros de vida y que trata de darle una vida decente a su esposa y a su hijo adolescente, el cual está a punto de ingresar a la universidad. Por más de diez años, MacCauley ha abordado el mismo tren para llegar a su trabajo, pero ahora se ha encontrado con una sorpresa desagradable: ha sido despedido.
Con eso ya es suficiente para que el personaje de Neeson descargue toda su furia en sus empleadores, pero no es así. MacCauley se toma unas cervezas con Alex, su viejo amigo de la policía, interpretado por Patrick Wilson (Ed Warren de The Conjuring), y aborda de nuevo su acostumbrado tren para ir a casa. En el tren es abordado por una misteriosa mujer interpretada por Vera Farmiga (Lorraine Warren de The Conjuring), quien le propone un trato tentador: por cien mil dólares, él debe identificar a un pasajero, el cual es testigo de un crimen. Sobra decir que todo es una trampa, que la familia de MacCauley está en peligro y que este debe hacer uso de su astucia y de su fuerza para salvar a su familia.
El pasajero incluye unas secuencias de acción exageradas pero decentes, que recuerdan al clásico Silver Streak de 1976, una trama predecible para aquellos que no sufren de síndrome de atención, y unos huecos argumentales del tamaño de un cráter volcánico. Pero casi todo se perdona, gracias a la participación de Liam Neeson. Si usted busca adrenalina y testosterona y no pensar mucho, esta es su película.
