L’Insulte (El Insulto) (2018)

La cinta nominada al Óscar procedente del Líbano, es un desgarrador ensayo que explora el origen de los conflictos.

Director: Ziad Doueiri

Adel Karam, Kamel El Basha, Camille Salameh

El insulto, procedente del Líbano y nominada al Oscar como mejor película de habla extranjera, es un drama jurídico que cuenta con unas estupendas actuaciones, un sólido trabajo de dirección a cargo de Ziad Doueiri (camarógrafo de Pulp Fiction y Jackie Brown para Quentin Tarantino) y un guión que se preocupa por los detalles y los diferentes aspectos emocionales, éticos y morales de sus protagonistas, escrito por Doueiri (musulmán libanés) y su ex-esposa Joelle Touma (cristiana libanesa).

La historia de El insulto comienza cuando Tony Hanna (Adel Karam), un cristiano dueño de un taller que vive en Beirut con su esposa embarazada Shirine (Rita Hayek), se enfrenta con Yasser Salameh (Kamel El Basha), un inmigrante palestino que dirige a un equipo de construcción. La causa de la disputa es un tubo de desagüe en la casa de Tony que moja a Yasser. Cuando este lo visita en su casa para solicitar el arreglo del tubo y Tony lo rechaza con desdén, Yasser asume el arreglo sin autorización, lo que enfurece a Tony, un seguidor ferviente de Bachir Gemayel, líder cristiano de políticas anti-palestinas, asesinado en 1982. Tony no solo insulta a Yasser por haber hecho la reparación, sino que ataca su lugar de procedencia y su religión.

Yasser explota y ataca a Tony, fracturándole dos costillas. Esto conlleva a demandas y a la aparición de dos abogados: el experimentado Wajdi Wehbe (Camille Salameh), encargado de la demanda de Tony; y Nadine (Diamand Bou Abboud), una joven con poca experiencia, encargada del caso de Yasser. El juicio es cubierto por los medios y se convierte en el pretexto para hacer que los sentimientos encontrados de la gente de Beirut se conviertan en manifestaciones, disturbios y discursos inflamatorios. Es así como la cinta nos muestra en este microcosmos, cómo es que surgen los conflictos producto de las diferencias, los malentendidos, el odio y la intolerancia.

En El insulto no se llega a tomar partido por ninguno de sus protagonistas. Ambos tienen sus fallas como también poseen cualidades humanas. Eso hace que el espectador se identifique con ambos bandos y, al mismo tiempo, rechace y se sienta indignado por el absurdo de la situación. Esto convierte a El insulto en un trabajo de gran valor y un poderoso catalizador para reflexionar y discutir sobre el origen de los conflictos.

Sobre André Didyme-Dôme 1649 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.