
Stop Making Sense (1984)
Con su progresión impecable y energía contagiosa, Stop Making Sense se consolida, 40 años después de su estreno, como la mejor película de concierto de todos los tiempos.
Con su progresión impecable y energía contagiosa, Stop Making Sense se consolida, 40 años después de su estreno, como la mejor película de concierto de todos los tiempos.
Gael García Bernal vuelve a deslumbrarnos al encarnar con gracia, dignidad y melancolía a Cassandro, el luchador exótico.
Los delgados límites entre creatividad y locura son explorados en la película más personal del director de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.
La tercera entrega de la saga de películas basadas en las novelas de Agatha Christie y protagonizadas y dirigidas por Kenneth Branagh, no llega a defraudar del todo.
Esta cinta coreana no es original, ni mucho menos, pero logra su cometido de interesar y aterrar por partes iguales.
Las películas sobre perritos obtienen un tratamiento muy al estilo de La fiesta de las salchichas.
La romantización de un grupo guerrillero convertido en partido político.
Una película de fe basada en hechos reales, que explota el fenómeno del tráfico sexual infantil para poder difundir su agenda política y religiosa.
La secuela de la cinta protagonizada por un tiburón prehistórico, es igual de ridícula y tonta que su predecesora.
Una película dulce y bien intencionada, acerca de una madre que trata de cumplir los deseos secretos de su hijo, quien se encuentra en estado de coma.
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