Esta película de acción fantástica producida para Netflix, confirma que el director David Ayer ha perdido su camino.
Director: David Ayer
Will Smith, Joel Edgerton, Noomi Rapace
David Ayer alguna vez evidenció su habilidad como director a la hora de mezclar una acción ultravisceral con un gran sentido de humanidad en sus personajes. Esto es evidente tanto en las cintas escritas por él (como es el caso de los soberbios policíacos Training Day y Dark Blue), como en sus películas como director (las estupendas End of Watch y Fury, son claros ejemplos). Sin embargo, Ayer cayó en desgracia al asumir el megaproyecto Suicide Squad (basado en los cómics de DC), el cual resultó ser un megadesastre.
Al comparar Suicide Squad con los trabajos anteriormente mencionados, y al tener en cuenta los múltiples problemas alrededor de la realización de esa horrible película (la cual, inexplicablemente, fue todo un éxito de taquilla), se culpó al cinismo y a la avidez económica de los estudios del pésimo producto que terminó siendo, excusando a su director de toda responsabilidad. Es hora de replantear las acusaciones.
Bright, cinta protagonizada por Will Smith y Joel Edgerton, nos cuenta la historia de dos policías tratando de descubrir una conspiración, en un mundo en el que los orcos, las hadas y los hechiceros son el pan de cada día. Esta premisa parece ser el resultado de un intento absurdo por fusionar Training Day y End of Watch con Suicide Squad, con unos resultados que dejan mucho que desear.
Bright recuerda mucho a Alien Nation, la película de 1988 protagonizada por James Caan y Mandy Patinkin, un policíaco de ciencia ficción ambientado en una realidad en la que una raza extraterrestre convive con los humanos y que sirve como metáfora para hablar del rechazo y la discriminación a los inmigrantes (La cinta se convertiría luego en una serie de televisión). Cambiemos al extraterrestre policía por un orco, incluyamos más escenas de acción y violencia y reduzcamos al mínimo cualquier vestigio de humanidad en los personajes y tenemos a Bright.
Todos los pecados de Suicide Squad se hacen evidentes en Bright: personajes superficiales, malas actuaciones, pésima dirección de arte, una banda sonora que parece programada por Spotify, mala edición, ausencia de guión, exceso de efectos especiales y una trama imbécil que parece un revoltijo indigesto entre Harry Potter, Lord of The Rings y Lethal Weapon.
Pero parece que para el público actual, estas son las películas que le encantan: Además de haberse anunciado una secuela de Suicide Squad, se espera también una secuela de Bright. Culpen al público y culpen al director.