Director: Paco Plaza
Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer
Quizás esto sea difícil de entender para la generación millennial, pero muchas películas de terror (en realidad, las buenas películas de terror), poseen subtexto.
Más allá de las historias que provocan miedo y espanto, estas películas incluyen una denuncia implícita, que usualmente es de tipo sociopolítico. Night of the Living Dead y Dawn of the Dead, del fallecido George A. Romero, utilizaron al apocalípsis zombie para hacer una fuerte crítica a la discriminación y a la cultura del consumo, y Get Out de Jordan Peele, busca que la audiencia blanca se confronte a su propio racismo e hipocresía.
Y es desde el subtexto donde vale la pena abordar a la película Verónica, del español Paco Plaza, director que junto a Jaume Balagueró, nos entregó las dos primeras partes de [Rec], una de las sagas sobre zombies más aterradoras de todos los tiempos.
Verónica está basada en un caso policíaco real ocurrido a comienzos de los años noventa en un barrio de Madrid (el “Expediente Vallecas” es el único caso en la historia de España en el que un policía reportó haber sido testigo de elementos sobrenaturales). Asimismo, la cinta está fuertemente influenciada por el clásico The Exorcist (el tipo de letra de los créditos es prácticamente igual) y en la saga de Ouija (cuya precuela es una excelente cinta de terror retro).
Pero más allá de contar la historia de una chica que junto a sus amigas utilizan una tabla Ouija (obtenida de la revista “Lo Desconocido”), con resultados desastrosos, la película de Paco Plaza construye una metáfora acerca de ese aterrador período en la vida de las personas llamado la pubertad.
Al igual que con las películas de David Cronenberg (Rabid, The Fly), en las que una persona es víctima del descontrol de su propio cuerpo, Verónica nos habla de una chica que comienza a sufrir unos cambios que la confunden y asustan y para los cuales no está preparada.
Sandra Escacena realiza un estupendo su debut interpretando a Verónica, la mayor de cuatro hijos quien tiene que asumir la crianza de ellos, debido a la muerte de su padre y a una madre que debe ausente que trabaja en una cafetería día y noche para ser el sustento económico del hogar. La relación de Verónica con sus hermanos, sus amigas, su madre y sus ídolos musicales (en este caso Los Héroes del Silencio), se sienten muy naturales y permiten una inmersión a la experiencia adolescente femenina y a ese período de la infancia en el que el mundo real y el de la fantasía se confunden y se sobreponen.
Verónica, que contiene guiños a la serie de televisión Punto de Encuentro con lo Desconocido (presentada por el Dr. Jiménez Del Oso), a la aterradora ¿Quién Puede Matar a un Niño? de Chico Ibáñez Serrador (quien aparece brevemente en la cinta) y a Cría Cuervos de Carlos Saura (protagonizada por Ana Torrent, quien actúa como la madre de Verónica), hacen evidente la cultura cinematográfica de Paco Plaza y su intención de no quedarse con un terror efectista.
Aquellos que se encuentran imposibilitados para leer entre líneas y para escarbar en las intenciones de un cineasta, encontrarán en Verónica una película con poco gore, pocos sobresaltos y con un ritmo no acostumbrado en las películas de terror recientes. Los que buscamos siempre ver más allá de lo evidente (como diría Lion-O de los Thundercats), encontraremos en Verónica una inquietante delicia cinematográfica, digna de haber sido presentada en ese recordado programa de la televisión colombiana que muchos vimos en nuestra adolescencia, presentado por Hernán Castrillón y llamado Los clásicos del terror.
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