Alpha (Alfa) (2018)

La guerra del fuego se mezcla con Lassie, en una entrañable historia acerca de un chico y su fiel amigo.

Dirección: Albert Hughes

Kodi Smit-McPhee, Jóhannes Haukur Johannesson

Los hermanos gemelos Albert y Allen Hughes debutaron como directores con una fuerza avasalladora, en un crudo relato sobre la vida en las calles titulado Menace II Society. Desde aquí, ellos no han podido igualar o superar la calidad de su ópera prima, pese a que dirigieron el estupendo documental sobre proxenetas American Pimp y cintas destacadas como Dead Presidents o Desde el infierno.

Ahora, Albert se independiza de su hermano para dirigir una cinta de aventuras a la vieja usanza llamada Alfa, un trabajo también escrito por él, que utiliza elementos de la cinta noruega de los ochenta Pathfinder, así como del clásico de culto ciberpunk A Boy And His Dog, eso sin mencionar a Colmillo blanco y a esa tradición de films sobre caninos fieles e inteligentes iniciada con Rescued by Rover de 1905 y continuada por películas y series de televisión protagonizadas por las estrellas Rin-Tin-Tin, Lassie, Benji, el clan de los Doberman, Joe, Hobo y, por supuesto, el Comisario Rex.

Alfa, que cuenta con un trabajo de fotografía tanto hermoso como sorprendente, cortesía de Martin Gschlacht (y que se aprecia mucho mejor en el formato IMAX), parece un capítulo extraído del libro Cuando el hombre encontró al perro, en el que el padre de la etología Konrad Lorenz (estudioso del comportamiento animal), discute sobre los orígenes de la amistad entre el hombre y el perro, el cual posiblemente se remonta al primer encuentro entre el lobo y el hombre prehistórico, basado en el altruismo y el mutualismo.

Sin embargo, Alfa no es un documental científico y tampoco intenta abordar de una manera seria y verosímil la primera asociación entre el homo sapiens y el canis lupus, pese a que incluye la narración de Morgan Freeman. Esta cinta se encuentra en un punto intermedio entre La guerra del fuego, de Jean-Jacques Annaud, la mejor cinta sobre el mundo prehistórico de todos los tiempos, y 10,000 A.C., el bodrio de Roland Emmerich que hace parecer a Los Picapiedra como una tesis de antropología.

Los protagonistas humanos de Alfa hablan en un idioma primitivo, son interpretados por actores prácticamente desconocidos y encarnan a unas personas que viven en un entorno cruel e inclemente, que los obliga a tener que cazar para sobrevivir. Entre ellos está Keda (Kodi Smit-McPhee), el hijo de Tau (Jóhannes Haukur Jóhannesson), el jefe de un clan. Keda es llevado a la caza del búfalo en una especie de rito de pasaje que lo transformará de joven a adulto. Pero un accidente que hace pensar a Tau que su hijo ha muerto, lo llevará al encuentro con Alfa, un animal que al principio busca utilizar a Keda como alimento, pero que después de pasar por varios peligros y aventuras, se convertirá en su mejor amigo.

La pretensión del director de Alfa es la de presentar una cinta de una hermosa factura y con un ritmo más pausado de los que se acostumbran usar en los Multiplex, para atraer a niños y grandes sin tener que recurrir a meloserías, a situaciones edulcoradas o a un derroche enajenante de efectos especiales. Su exploración emocional sobre el vínculo entre un joven y su mascota, que nos recuerda a las novelas de Jack London, logra cautivar y, al mismo tiempo, transmitir algunas lecciones sobre el altruismo, la colaboración recíproca y el respeto hacia el otro. Así es como deben ser las cintas de entretenimiento.

Sobre André Didyme-Dôme 1649 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.