Una cinta delirante que incluye a tres grandes actores y que busca deconstruir las razones por las cuales buscamos una pareja.
Dirección: Arnaud Desplechin
Mathieu Amalric, Charlotte Gainsbourg, Marion Cotillard
El director Arnaud Desplechin (Un cuento de navidad), reúne a tres de los mejores actores franceses de los últimos años: Mathieu Amalric (colaborador frecuente del director), Marion Cotillard y Charlotte Gainsbourg, para tratar de contarnos la historia de un director de cine desolado por la desaparición de su esposa y quien debe enfrentarse al regreso de ella, cuando ya había reconstruido su vida junto a una nueva mujer.
Ismael (Amalric), el hombre abandonado, se encuentra dirigiendo una película sobre un espía llamado Ivan (interpretado por Louis Garrel), cuya trama se nos cuenta de una manera alterna al drama de Ismael fuera de cámaras. Sabemos que Ismael conoció a Carlotta, su esposa, (Cotillard) gracias al vínculo que estableció con Henri, el padre de ella, y un renombrado y veterano director de cine (László Szabó), el cual Ismael considera como su mentor y cuya relación se hace más estrecha debido a la desaparición de Carlotta.
Entra en escena Sylvia (Gainsbourg), la nueva novia de Ismael, la cual le abre su corazón, llevando a los dos a tomar la decisión de vivir juntos. Pero la vida supuestamente idílica entre Sylvia e Ismael, se interrumpe de manera abrupta con la aparición de Carlotta en la casa de ellos, la cual no revela los motivos de su desaparición, pero sí su intención de volver con Ismael.
La película de Desplechin se desbarata en situaciones que harán las delicias de los psicoanalistas y en una estructura fragmentada y demencial que llega a salirse de control y nos hace entender por qué su director ofrece una versión alterna y más larga de su obra, la cual sospechamos puede tener una mayor cohesión y coherencia que la versión original. Sin embargo, la misión de Desplechin, que consiste en deconstruir los motivos por los cuales las personas buscamos a alguien como pareja (admiración, sexo, instinto maternal, complicidad, dependencia, tolerancia, soledad, incomprensión o, por qué no decirlo, amor), se logra llevar a cabo de una manera elocuente, poética y muy humana.
